Solos en el universo

Lars von Trier se levanta y va a su ordenador. Busca algo en Internet. “En la película, las hermanas hablan de la soledad, de estar solas. Creo que se me ocurrió escuchando el tema Allein, Alene, de Nephew”, dice desde su mesa. “La idea de estar solos en el espacio me interesó. Una cosa es que no quede vida en el planeta Tierra, pero si hay algunas células en alguna parte, puede volver a empezar. Si no hay vida en ningún sitio, se acabó para siempre”.

¿O sea que el naufragio no es completo si no desaparece TODO?
“Exacto, tiene que ser todo”, dice con una sonrisa. “Me parece un pensamiento espeluznante y frío. Cuando veo fotos del espacio sideral, me dan escalofríos y me siento terriblemente solo. Y si nos imaginamos flotando en el espacio, también estamos solos”.
Una inesperada exclamación surge de detrás de la pantalla. “¡Oh! Hay vídeos de planetas. No los había visto”. Suena la música de Allein, Alene mientras regresa al sofá y dice: “Es difícil pensar que no hay vida en ningún otro sitio, pero Justine lo sabe”.

En la segunda parte de la película, la celebración ha terminado y el planeta se acerca a la Tierra. De pronto, Claire, la hermana mayor, se viene abajo mientras Justine se siente cada vez más segura de sí misma. El marido de Claire, encarnado por Kiefer Sutherland, es uno de los personajes típicos de Lars von Trier: el hombre racional que reflexiona y cree que tiene una explicación para todo. “Sabe por qué el planeta no colisionará con la Tierra y se pasa toda la película tranquilizando a su mujer, hasta que deja de hacerlo”, dice el director, sonriendo.
Las dos hermanas no son diferentes la una de la otra. Comparten una madre loca que pasa de todo y está totalmente amargada. No desea ni añora nada. Claire tuvo que hacer el papel de madre con su hermana pequeña. Y para cuidar de los demás, hay que ser fuerte”.

¿Por qué se derrumba Claire cuando se acerca el planeta?
“Tiene algo que perder, un hijo, por ejemplo. No añora nada. Aprecia lo que tiene. Pero Justine no tiene nada que perder. Es una melancólica, y ya se sabe, siempre añoramos algo más. Cuando se vive en la añoranza, no se tiene nada que perder porque no se tiene nada”.

¿Las personas que aprecian lo que tienen son más vulnerables?
“Claro, los melancólicos estamos por encima de todo eso. Puede que sea una forma de supervivencia. Así no hay que sentir pena por lo que desaparece”. Añade, con una risita: “En general, se portan de forma desagradable entre ellas. Mis personajes suelen ser así, siempre se decepcionan mutuamente”.

 (Nils Thorsen, autor de The Genius – Lars von Trier’s Life, Films and Phobias (El genio – Vida, películas y fobias de Lars von Trier), 

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